Robert Greene publicó en 1998 el libro Las 48 leyes de poder, después de analizar como habían ejercido su liderazgo personajes históricos como reyes, emperadores, políticos o empresarios a lo largo de la historia. Este manual fue un éxito mundial, ya que se tradujo a más de 24 idiomas.
Debo decir que no conocía este «manual» para empresarios, políticos y demás personalidades que tienen poder, y la verdad es que me ha sorprendido mucho. Cuando leí el título de cada una de ellas pensé que eran una despropósito, ya que hay algunas como «7. Que otros trabajen por tí, pero recoge tú los laureles» o « 10. Evita a los perdedores o desdichados» , sin olvidarnos de «15. Aplasta por completo a tu enemigo», parecen cuanto menos despiadadas e incluso inmorales. Dicho esto, cuando las lees y vas entrando en materia, debo reconocer que hay algunas, aunque no sea en su totalidad, que hay que tener en cuenta y por qué no en un momento dado, incluso llevarlas a la práctica.
Por ejemplo la Ley número «4. Decir siempre menos de lo necesario«, no me parece un mal consejo. Creo que hay ocasiones en que no se debe decir todo lo que se sabe, esto apelaría a un principio de prudencia, aunque el autor cree que se debe hacer porque nos hace mas vulnerables decir todo aquello que sabemos, «nuestro silencio causará respeto y pondrá nerviosos a nuestros adversarios». Pero esta ley tiene una contraley, ya que según el autor » Hay momentos en los que no es inteligente guardar silencio. El silencio puede despertar sospechas e incluso inseguridad sobre todo en tus superiores.» Greene asegura que hay ocasiones en que hablar mucho puede distraer e incluso hipnotizar a nuestro interlocutor y esos nos hace mas fuertes.
Otra de las leyes que me gustaría analizar, ya que es sobre la que trabajé en clase es la 11. Haga que la gente dependa de usted, una ley que invita a la reflexión y que también tiene su contraley.
El argumento que utiliza el autor es que te conviertas en el único que sabe hacer lo que haces, y así conseguirás que la gente dependa de ti para lograr su felicidad y prosperidad, y sobretodo nunca debes enseñar a la gente lo suficiente como para que puedan arreglárselas sin tu ayuda. En cierto modo tiene razón que para asegurar, por ejemplo, un puesto de trabajo, si eres la única persona que sabe hacer algo, es más fácil que no prescindan de tus servicios que si hay más personas que lo hacen. De alguna manera en la empresa te pueden considerar «insustituible»(aunque sabemos que nadie lo es) y esto es una fortaleza. Pero existe el lado negativo de la ley que se basa en tu dependencia también hacia ellos. Para evitar esto la única solución del autor es quedarte solo, pero según él esto es una decisión que pude resultar fatal para la mayoría. Al final acaba argumentando que la relación de mutua dependencia es la mejor.
Otra de las leyes que me llama la atención y que podría estar en contraposición a otras leyes, como la anterior es la 21. Muéstrese más tonto que su víctima, y que se desarrolla bajo el argumento de que a nadie le gusta sentirse menos inteligente que los demás, es por esta razón que debes hacer sentir a tu víctima más sagaz y audaz que tú, así nunca tendrá sospechas sobre tus verdaderas impresiones.
Para alcanzar el poder con esta ley, según su autor, es fundamental no parecer más inteligente que el resto, porque esta sensación genera en los demás sospechas y desconfianza, por el contrario dejar que ellos se sientan más sabios, o que tengan mayor conocimiento sobre un tema que nosotros les hará que se sientan superiores a nosotros y eso desactivará las sospechas y la desconfianza. El resultado que podremos manejarlos y engañarlos a nuestro antojo.
No obstante esta ley también tiene una invalidación, por un lado, en nuestra carrera de ascenso al poder, si pareceremos demasiado tontos ( o más que nuestros adversarios) no conseguiremos nuestro ascenso, pero una vez lo hemos conseguido, sí que es conveniente guardar el principio de esta ley. Por otro lado, que la gente nos considere inteligentes y por tanto , con autoridad y conocimiento, ante una situación en que nos hayamos equivocado o queramos librarnos de una acusación, esa percepción que los demás tienen de nosotros, ayudará a que no sospechen y creerán en lo que decimos.
Como conclusión, creo que nunca tendría este libro como manual de referencia, pero sí considero importante conocerlo, porque en las esferas de poder, existes muchas personas que son capaces de hacer cualquier cosa para mantener su estatus, y conocer esta leyes te permite saber que hay detrás de las intenciones de algunas personas. Por otro lado, algunas de ellas, ofrecen algunos consejos que no deberíamos perder de vista.
Comentarios recientes